Un radiante sol que decía: hágase un nuevo Trujillo, un mar de personas encabezadas por el Arzobispo Metropolitano de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Héctor Miguel Cabrejos Vidarte OFM., y las principales autoridades de la Región fue el marco que se presentó la mañana de ayer la Plaza de Armas de Trujillo, para -en unidad- decirle un rotundo no a la violencia e inseguridad, y presentar al país y el mundo entero un Trujillo pacífico y libre, cual nombre del Departamento.
La denominada marcha por la paz, se inició después del mensaje de reflexión y oración por la paz –que fue coreada por la masiva asistencia- que diera el pastor de la grey trujillana, acompañado, en un imponente estrado, por las principales autoridades políticas, civiles y militares. El primero en hacer uso de la palabra fue el Presidente Regional de La Libertad, Ing. José Murgia Zannier.
“La Libertad es un territorio de Paz, por eso esta manifestación cívica tiene mucho significado, pero vamos a resaltar el significado de la unión. Estamos aquí, porque estamos contra la delincuencia, estamos todas las autoridades unidas porque estamos contra aquellos que defienden la delincuencia y contra aquellos que la promulgan, estamos unidos todos por el prestigio de Trujillo, por el prestigio de La Libertad, por la dignidad del pueblo porque no se puede mancillar el honor del pueblo, como se está mancillando alegremente”, enfatizó.
Por su parte, el Arzobispo de Trujillo, durante su mensaje ante las más de 40,000 personas que marcharon en esta jornada cívica que se inicio a las 10:00 horas (15:00 GMT), afirmó que los trujillanos rechazan cualquier tipo de violencia, venga de donde venga; por lo tanto tampoco están dispuestos a permitir que se siga generando un clima de inestabilidad, como lo pretenden algunos irresponsables.
“Estamos presentes para decirle No a la Violencia, No al atropello de los derechos fundamentales de la persona humana. Hoy queremos asumir el rigor de una prueba difícil que es lograr hacer de Trujillo una ciudad segura y acogedora donde reine la Paz, el bienestar y la seguridad. En Trujillo, como cualquier ciudad del mundo, también se generan actos delincuenciales, pero esto no necesariamente puede significar que es una ciudad insegura y peligrosa”, remarcó.
Terminada la oración, todos los participantes –incluidos sacerdotes de la Arquidiócesis- soltaron al aire miles de globos blancos en señal de paz y unidad, los cuales se esparcieron en el despejado cielo trujillano. Finalmente, portando una inmensa banderola blanca con el escudo de Trujillo, el Arzobispo y demás autoridades de la Región, encabezaron el multitudinario recorrido de la paz por el perímetro de la Plaza de Armas, concluyendo en el frontis del Arzobispado Metropolitano de Trujillo.
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