“Debemos por tanto asumir, que somos moralmente responsables de protegerlos a costa incluso de nuestra propia seguridad”, así lo señaló la Decana Nacional del Colegio de Obstetras del Perú, Rosa Elena Lara Valderrama al comentar la atención y cuidados que las embarazadas deben recibir en momentos de crisis.
El Perú es un país que por su ubicación geográfica está constantemente amenazado por fenómenos naturales que de tiempo en tiempo afectan a diferentes zona del país, muchas veces con consecuencias lamentables. En medio de esta difícil realidad, un establecimiento de salud materno perinatal alberga quizás a los seres más vulnerables e indefensos durante un fenómeno natural: la madre y su bebé.
“Debemos por tanto asumir, que somos moralmente responsables de protegerlos a costa incluso de nuestra propia seguridad”, así lo señaló la Decana Nacional del Colegio de Obstetras del Perú, Rosa Elena Lara Valderrama al comentar la atención y cuidados que las embarazadas deben recibir en momentos de crisis. Lara Valderrama hizo algunas recomendaciones para ser tomadas en cuenta por el personal de salud para los cuidados básicos que toda gestante y bebé deben recibir en momentos que se enfrenta un desastre natural.
Al momento de enfrentar un sismo debe ser el profesional de salud quien de la alerta a sus colaboradores más cercanos, -técnicos y auxiliares- para iniciar la evacuación.
El profesional de salud deberá manejar la situación emocional de las pacientes y del resto del personal, trasmitiendo en todo momento serenidad y seguridad.
Recordar que los primeros segundos son cruciales. Dependiendo del tipo de movimiento se podrá saber si la intensidad aumentará o será seguida de otros eventos naturales.
En caso de evacuación, el primer minuto es vital. Pasados los DOS primeros minutos se deberá iniciar la evacuación usando las vías dispuestas para ese efecto.
El profesional y su equipo indicarán las ZONAS DE SEGURIDAD. Estas deben estar libres de objetos que puedan caer sobre las pacientes u ocasionar derrumbes.
Las pacientes deberán ubicarse en las ZONAS DE SEGURIDAD siempre sentadas, agachadas, cubriendo con sus manos a su recién nacidos y evitando los ventanales.
Se podrán utilizar mesas y sillas para cubrirse de posibles caídas de piedras y vidrios. Las pacientes cercanas a ventanas deberán ser alejadas de ellas.
Mantener siempre despejadas y libres las vías de evacuación y conocer bien el funcionamiento de extintores y otros sistemas de seguridad.
El profesional y su equipo deberán alentar en todo momento a las pacientes a mantener la serenidad y ser solidarios y colaboradores con otras que no tengan la misma fortaleza.
El establecimiento de salud deberá contar con botiquines portátiles, linternas y también tener reserva de agua para afrontar el corte de los suministros básicos.
Una vez ubicados en la ZONA DE SEGURIDAD, se deberá elaborar una lista de los pacientes evacuados a fin de informar a sus familias cuando lo requieran.
Un plan de evacuación debe priorizar a las embarazadas que no pueden movilizarse por si solas, y luego aquellas que sí puedan. Igualmente aconsejó a quienes padezcan de hipertensión, diabetes o cualquier otra patología que se agudice con la tensión nerviosa, cuidarse y pedir ayuda; quedando a cargo de los pacientes más delicados aquellos trabajadores que no tienen hijos, los solteros, los que no tengan familia en riesgo o en la zona de catástrofe. Finalmente señaló que los establecimientos deben hacer simulacros periódicos a fin de disminuir los riesgos.
El Perú es un país que por su ubicación geográfica está constantemente amenazado por fenómenos naturales que de tiempo en tiempo afectan a diferentes zona del país, muchas veces con consecuencias lamentables. En medio de esta difícil realidad, un establecimiento de salud materno perinatal alberga quizás a los seres más vulnerables e indefensos durante un fenómeno natural: la madre y su bebé.
“Debemos por tanto asumir, que somos moralmente responsables de protegerlos a costa incluso de nuestra propia seguridad”, así lo señaló la Decana Nacional del Colegio de Obstetras del Perú, Rosa Elena Lara Valderrama al comentar la atención y cuidados que las embarazadas deben recibir en momentos de crisis. Lara Valderrama hizo algunas recomendaciones para ser tomadas en cuenta por el personal de salud para los cuidados básicos que toda gestante y bebé deben recibir en momentos que se enfrenta un desastre natural.
Al momento de enfrentar un sismo debe ser el profesional de salud quien de la alerta a sus colaboradores más cercanos, -técnicos y auxiliares- para iniciar la evacuación.
El profesional de salud deberá manejar la situación emocional de las pacientes y del resto del personal, trasmitiendo en todo momento serenidad y seguridad.
Recordar que los primeros segundos son cruciales. Dependiendo del tipo de movimiento se podrá saber si la intensidad aumentará o será seguida de otros eventos naturales.
En caso de evacuación, el primer minuto es vital. Pasados los DOS primeros minutos se deberá iniciar la evacuación usando las vías dispuestas para ese efecto.
El profesional y su equipo indicarán las ZONAS DE SEGURIDAD. Estas deben estar libres de objetos que puedan caer sobre las pacientes u ocasionar derrumbes.
Las pacientes deberán ubicarse en las ZONAS DE SEGURIDAD siempre sentadas, agachadas, cubriendo con sus manos a su recién nacidos y evitando los ventanales.
Se podrán utilizar mesas y sillas para cubrirse de posibles caídas de piedras y vidrios. Las pacientes cercanas a ventanas deberán ser alejadas de ellas.
Mantener siempre despejadas y libres las vías de evacuación y conocer bien el funcionamiento de extintores y otros sistemas de seguridad.
El profesional y su equipo deberán alentar en todo momento a las pacientes a mantener la serenidad y ser solidarios y colaboradores con otras que no tengan la misma fortaleza.
El establecimiento de salud deberá contar con botiquines portátiles, linternas y también tener reserva de agua para afrontar el corte de los suministros básicos.
Una vez ubicados en la ZONA DE SEGURIDAD, se deberá elaborar una lista de los pacientes evacuados a fin de informar a sus familias cuando lo requieran.
Un plan de evacuación debe priorizar a las embarazadas que no pueden movilizarse por si solas, y luego aquellas que sí puedan. Igualmente aconsejó a quienes padezcan de hipertensión, diabetes o cualquier otra patología que se agudice con la tensión nerviosa, cuidarse y pedir ayuda; quedando a cargo de los pacientes más delicados aquellos trabajadores que no tienen hijos, los solteros, los que no tengan familia en riesgo o en la zona de catástrofe. Finalmente señaló que los establecimientos deben hacer simulacros periódicos a fin de disminuir los riesgos.
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