“Las instituciones que miden el desarrollo humano en el campo de la educación ya no sólo miden la comprensión lectora y el razonamiento matemático, sino incluyen como una primera exigencia que la educación en todos los países estén dotada de lo último en sistemas e informática”, señaló el Decano Alberto Moya Obeso.
En una emotiva ceremonia se inauguró el flamante laboratorio de informática “Eduardo Pajuelo Torres” en homenaje al profesor universitario recientemente fallecido en el fatídico accidente de Otuzco. Su viuda, Aurea de Pajuelo, y el profesor Pompeyo Yábar fueron los padrinos del laboratorio de la Facultad de Educación y Ciencias de la Comunicación, que cuenta con 20 computadoras de última generación y que ya están al servicio de los jóvenes estudiantes de esta Facultad.
El Decano de Educación, Dr. Alberto Moya Obeso, señaló que este homenaje bien ganado perennizará la memoria de uno de los más brillantes académicos de la UNT. Las computadoras han sido compradas con recursos propios y están al servicio única y exclusivamente de los estudiantes que con ello se ven reforzados por el primer laboratorio que ya funciona desde hacía varios años.
“Las instituciones que miden el desarrollo humano en el campo de la educación ya no sólo miden la comprensión lectora y el razonamiento matemático, sino incluyen como una primera exigencia que la educación en todos los países estén dotada de lo último en sistemas e informática. Este es un gran paso hacia la meta de nivelarnos con otras instituciones educativas del país y del extranjero. De igual modo hacemos tributo a un educador caracterizado por su esfuerzo, capacidad y don de maestro como lo fue Eduardo Pajuelo Torres”, declaró la autoridad.
Finalmente, hizo un llamado a los profesores y estudiantes a seguir el ejemplo de este gran maestro, cuya presencia todavía perdura en nuestros corazones. La placa recordatoria llena de orgullo, pero a la vez presenta un desafío de capacitación y esfuerzo permanentes.
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