“La cruz tiene dos maderas, uno vertical y uno horizontal. El primero es pedir a Dios, por los damnificados, por los fallecidos y por las familias para que el Señor les de fortaleza. El horizontal es la ayuda y la acción que nosotros podemos dar hacia ellos”, señaló durante su homilía el Arzobispo de Trujillo, Mons. Héctor Miguel Cabrejos Vidarte.
La Semana más importante de la Iglesia inició en Trujillo con la Solemne bendición de Ramos, presidida por el Arzobispo Metropolitano de Trujillo, Mons. Miguel Cabrejos Vidarte OFM, en el patio del Palacio Arzobispal, seguido de la procesión y santa Misa en la Basílica Catedral. Este hecho, que significó la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén, congregó a las cientos de familias en el Arzobispado y en la Basílica Catedral. Cada fiel portó con gozo su ramo y palma a la espera de la bendición.
Durante la Eucaristía, el pastor de nuestra grey señaló que esta Semana Santa será ofrecida a los damnificados y fallecidos que dejaron las torrenciales lluvias en el país. La autoridad religiosa dijo que tenemos que rezar, pero también trabajar. “La cruz tiene dos maderas, uno vertical y uno horizontal. El primero es pedir a Dios, por los damnificados, por los fallecidos y por las familias para que el Señor les de fortaleza. El horizontal es la ayuda y la acción que nosotros podemos dar hacia ellos”.
El Arzobispo también pidió a Dios para que crezca y continúe la sensibilidad humana. “Que el Señor ilumine a las autoridades y a nosotros para reconstruir Trujillo mirando el futuro”, dijo. Durante esta Celebración Eucarística, el Arzobispo relató la Pasión del Señor, evocando los últimos días de Cristo antes de su crucifixión en la Cruz. Al finalizar, el pastor arquidiocesano, invitó a los fieles a participar del Solemne Vía Crucis Arquidiocesano este Martes Santo, a las 4:00 de la tarde, en la Plaza de Armas de Trujillo con la sagrada imagen del Señor de los Milagros.
Por la tarde el Arzobispo, Mons. Miguel Cabrejos llegó al distrito de Moche, donde bendijo los ramos y acompaño en procesión a la sagrada imagen de Señor Triunfal de Moche, sobre un asno, la misma que contó con la presencia fervorosa de cientos de fieles.
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