El volcán Tungurahua, situado en el centro andino de Ecuador, ha vuelto a despertarse, con estruendos frecuentes y poderosos que no cesan, bocanadas de ceniza y flujos de rocas incandescentes que bajan por sus flancos. Las autoridades han declarado la alerta roja en las zonas aledañas al volcán, que en julio y agosto de 2006 registró fuertes explosiones que dejaron siete muertos y cuantiosos daños materiales en la agricultura y la vialidad.
El Instituto Geofísico de Ecuador, que vigila el comportamiento del coloso, ha informado de que el aumento de la actividad comenzó el pasado 25 de noviembre, recrudeció en las primeras dos semanas de enero y tras un período de calma, se ha reactivado desde esta madrugada, con explosiones que se han escuchado a decenas de kilómetros de distancia. Tungurahua, que significa "Garganta de Fuego" en quechua, está a 130 kilómetros al sur de Quito.
Miles de campesinos de las provincias de Chimborazo y Tungurahua, que colindan con el volcán, han sido evacuados por las autoridades. Los vecinos del pueblo de Chacauco, ahora albergados en un refugio cerca de la población vecina de Cotaló, aseguran que el Tungurahua "empezó a bramar a las diez de la noche y fue aumentando poco a poco". Las clases en las escuelas y colegios están suspendidas y la carretera que va de Quito hasta áreas aledañas al volcán está cerrada por precaución.
El presidente Rafael Correa informó a la prensa que hay planes de evacuación, mediante buses, y que se encuentran listos los albergues. Dijo que la emergencia en esa zona se extenderá por 60 días y que "se han tomado todas las precauciones dentro de los posible. Eso nos permite liberar recursos (económicos) ... para enfrentar inmediatamente los problemas que se presenten". La repentina erupción obligó a trasladar a unas 150 familias de siete caseríos aledaños, dijo el gobernador de la provincia de Tungurahua, Fernando González.
La mayoría de personas fue llevada a la localidad turística Baños, donde habitan unos 15 mil habitantes, que se encuentran en alerta moderada a la espera de una nueva evaluación de las autoridades. En los alrededores del cráter viven unas 20 mil personas distribuidas en las localidades de Baños, Bilbao, Palitahua, Cusúa, Manzano, Quero y Chonglotus principalmente.
El alcalde Juan Salazar, de Penipe señaló que "estamos en alerta roja en 28 poblaciones de Penipe lo que significa la movilización (evacuación) de la gente, no podrán quedarse en zonas de alto riesgo, un 98 por ciento ya han salido. Estamos hablando de que es necesario movilizar unas tres mil personas que están en riesgo inminente", señaló. El director regional de la Defensa Civil, Mauro Rodríguez, advirtió que 11 familias se resisten a salir de sus propiedades por el temor a saqueos por parte de delincuentes y que en caso necesario serán desalojadas a la fuerza.
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