miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿Y DÓNDE SE RECLAMAN LOS APAGONES…?

Los apagones son sucesivos y se producen de manera inesperada afectando directamente las labores que se realizan en las empresas, oficinas, hospitales, centros educativos, hogares y todo lugar. Por esa razón, son numerosas las oportunidades que los ciudadanos han expresado su total rechazo a esta deficiencia.

Por: Freddy Gálvez Delgado

Hace un tiempo, cierto organismo nacional empezó una agresiva campaña de información a los usuarios sobre la forma de presentar reclamos a las empresas eléctricas. Remarca especialmente en el derecho ciudadano a protestar, de manera individual, sobre posibles cobros, cortes indebidos y aspectos semejantes. Enseguida hace referencia a ciertos códigos, plazos, apelaciones y facilidades como imparcialidad, rapidez y gratuidad.

Complementa sus avisos indicando que, como promotores, constituyen una “garantía de buen servicio”. Asimismo, que “protege nuestros derechos” y remata con la casi trillada frase “El Perú avanza”. Pero, ¿No sería mejor que esa misma entidad exija un trabajo eficiente, mayor cuidado y más dedicación a los trabajadores de las empresas eléctricas para evitar facturar de más o cortar indebidamente el servicio…?

En fin, aceptemos que tiene razón de justificar su existencia en esa forma y que trata de cumplir con acierto sus objetivos. No obstante, también es una certeza que hace varios meses Trujillo experimenta sorpresivas interrupciones del servicio eléctrico que perjudica a la colectividad en su conjunto. Los apagones son sucesivos y se producen de manera inesperada afectando directamente las labores que se realizan en las empresas, oficinas, hospitales, centros educativos, hogares y todo lugar.

Por esa razón, son numerosas las oportunidades que los ciudadanos han expresado su total rechazo a esta deficiencia que termina por malograr los artefactos eléctricos, con las consecuentes pérdidas económicas. Tal como ocurrió hace poco con un vecino del balneario de Huanchaco cuyos implementos resultaron averiados debido a un apagón y nadie se hizo responsable. O como las cuatro inexplicables suspensiones de energía eléctrica producidas en la zona noreste de Trujillo el domingo y martes último, con las consiguientes mortificaciones para el público.

Es posible que el referido organismo haya experimentado el mismo problema. Sin embargo, da la impresión que no hacen nada, pues las interrupciones súbitas continúan y cada vez, con mayor frecuencia. Sería conveniente que, al mismo tiempo que orienta sobre la forma como el pueblo debe reclamar por los abusos de las empresas eléctricas, intervenga en la misma forma para evitar que el problema continúe. La anómala situación es de conocimiento general.

Por lo tanto, es obligación del organismo de control actuar de inmediato demostrando que realmente su función es defender los intereses de la población. Así como se aplican los correctivos, es su obligación imponer las sanciones que sean necesarias para impedir que los cortes momentáneos se sigan produciendo.

Incluso, exigir la reparación del perjuicio ocasionado a los moradores sin ningún contratiempo. El ente supervisor debe partir de la premisa que la mejor manera de trabajar por el pueblo es agotando todos los recursos para que reciba un eficiente servicio. Empezando por evitar los apagones…

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