La excusa disfrazada, a la cual arribaron los concejales provinciales, es que la aplicación de las normas en la ciudad no son rígidas, en el camino se adecuan a realidades, obligando en unos casos a modificarse, toda vez que la ciudad es dinámica por naturaleza, que exige nuevos requerimientos.Atrapado en su laberinto, ante los continuos cuestionamientos a la actual gestión municipal que de manera arbitraria e inconsulta decidió restringir el tránsito vehicular en gran parte del céntrico jirón Francisco Pizarro para convertirlo en Paseo Peatonal, causando perdidas económicas severas a los comerciantes instalados en dicha arteria, el Concejo Municipal en pleno decidió flexibilizar dicha ordenanza y modificarla, así se desprende luego de la última sesión de concejo desarrollada la tarde de ayer en el Salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de Trujillo.
La excusa disfrazada, a la cual arribaron los concejales provinciales, es que la aplicación de las normas en la ciudad no son rígidas, en el camino se adecuan a realidades, obligando en unos casos a modificarse, toda vez que la ciudad es dinámica por naturaleza, que exige nuevos requerimientos. Este acuerdo obedece al criterio del pleno de regidores, quienes a propuesta de Noé Anticona Solórzano, estuvieron de acuerdo en flexibilizar la Ordenanza Municipal de restricción vehicular en el centro histórico.
También pesó en los regidores para que tomaran esta decisión, el hecho que hasta el momento no se han iniciado trabajos como obras civiles que demanden la restricción vehicular en el jirón Pizarro y en la Plaza de Armas, también cerrada en su totalidad, razón de peso que fue inmediatamente compartida por el alcalde César Acuña Peralta, quien había sido duramente cuestionado por los comerciantes afectados que lo llegaron a tildar de prepotente y abusivo, tal como resaltan en letreros ubicados desde la cuadra 4 hasta la cuadra 8 que fueron cerradas al tránsito vehicular.
La modificación de la “famosa” Ordenanza Municipal, se tomaría en la próxima sesión de concejo, toda vez que la restricción se dio como resultado de la aplicación de una Ley de la ciudad, que requiere la formalidad establecida para poder modificarse. Sin embargo quedó de manifiesto la voluntad unánime de las tres bancadas, que integran el pleno de regidores de modificar esta norma, conforme lo plantearon los regidores Róger Obeso Acevedo, Carlos Burmester Landauro y Pablo Penagos Ruso, quienes aseguraron que existe un consenso, lo cual fue ratificado en la votación final que fue por unanimidad.
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